domingo, 13 de mayo de 2007

Al Gore en Chile

La visita de Al Gore a Chile y su presentación en un seminario sobre calentamiento global han contribuido a ahondar la discusión de este tema en nuestro país. Como lo manifestó otro de los panelistas, uno de los rasgos que caracterizan a nuestro tiempo es la existencia de problemas globales, que afectan a toda la humanidad, como el tema ya señalado, o el consumo creciente de especies marinas que amenaza su supervivencia, o la depredación de bosques y suelos. Ésta es una realidad nueva, que acompaña a los efectos positivos de la globalización, como el aumento del comercio y la rápida expansión económica de naciones antes muy pobres, como China e India. La humanidad deberá aprender a convivir con los aspectos favorables y adversos de este fenómeno.

Larry Summers, ex presidente de la Universidad de Harvard -que no acostumbra a formular aseveraciones políticamente correctas con facilidad-, ha dicho hace poco que "el debate respecto de si hay que hacer algo (respecto del calentamiento global) está saldado para la gente racional". Con eso quiso significar que, aunque la discusión científica podrá continuar esclareciendo los detalles de los modelos climatológicos, lo que corresponde ahora es trasladar el debate al ámbito económico y concentrarse en la mejor forma de combatir ese fenómeno.

En eso falta mucho por avanzar. El protocolo de Kyoto no ha logrado mover a todos los países a disminuir sus emisiones, por lo que no hay un límite efectivo para éstas, y muchos proyectos que consiguen créditos de CO2 se habrían hecho en cualquier caso. Todo ello se traduce en que el precio para contrarrestar una tonelada de CO2 se transe en alrededor de un euro. Ese precio indica claramente que el esfuerzo que se está haciendo es insuficiente. Tampoco está claro cómo lograr que los países en desarrollo disminuyan sus emisiones, si eso les dificulta su crecimiento -el caso de Chile lo evidencia-, y los países desarrollados no han dado señales de predisposición a compensarlos para que hagan ese esfuerzo. Tampoco se han creado los incentivos para inducir cambios de conducta de las grandes masas, para que aumente la eficiencia energética de la que habló el ministro Ferreiro -billones de gestos tales como usar ampolletas adecuadas, apagar luces prescindibles, desenchufar computadores apagados.

La visita de Al Gore mostró la fuerza con que despliega su mensaje de alerta ante el calentamiento. Seguramente será recordado en el futuro como significativo para la toma de conciencia mundial de este tema.

Publicado en El Mercurio 13 Mayo 2007